Un sábado fuera de lo normal, un sábado que llevábamos esperando por un buen rato. ¿La razón? 3 amigos de Suecia harían su regreso como una banda a los escenarios tras una ausencia de casi 6 años.
Swedish House Mafia tendría como segunda fecha de su tour mundial de regreso la CDMX, sería un hito estar presente, pues estamos conscientes de que muchos de esta generación amaron la electrónica gracias a estos tres como protagonistas.
La tarde era simplemente un volado, desde que llegamos a las afueras del Palacio de los Deportes, ya se veían a los fans con todo tipo de mercancía alusiva al trío, muchos preocupados, pues el cielo empezó a tornarse de un gris bastante desalentador… la lluvia se aproximaba.
Una vez dentro, todos empezaban a correr para tomar sus lugar, principalmente los que tenían boleto general, ya fuera A o B. Nadie quería perderse un buen ángulo del escenario donde los suecos tocarían.
Previo a que Swedish House Mafia saliera, Leon Leiden fue el encargado de empezar a poner música en vivo, haciendo que la gente empezara a calentar para el resto de la noche. Acto seguido, las chichas de Pauza darían una sorpresa mayúscula, pues saldrían con una energía totalmente buena a cumplir con su labor de “opening act”, dejándole claro a los asistentes que ellas llegaron para quedarse y seguir creciendo.
La lluvia empezó a caer en el Foro Sol, empezó como una llovizna leve que incrementaría con el paso del tiempo, misma que por azares del destino se detendría para dar paso a los protagonistas de la noche. Pasaron alrededor de 30 minutos después de que las chicas de Pauza terminaron su set para que esta terna subiera a un minimalista y muy estético escenario.
La explosión de gritos, brincos y emoción llegaron a su máximo cuando Axwell, Steve Angello y Sebastian Ingrosso se presentaron una vez más como Swedish House Mafia y la música empezaba a fluir.
Como te habíamos adelantado, el set que tocaron fue uno muy pulido, uno que nos remontaría al pasado evocando las emociones que nos hicieron meternos en este mágico mundo de la música electrónica. Tracks en colectivo y tracks con sus proyectos personales amenizarían la noche, nuevos edits de sus tracks clásicos nos llevarían a un punto inflexible de emoción, pues como se había adelantado, existía una versión sinfónica de One, que nos dejó atónitos a todos. Tracks como In My Mind, Reload y Greyhound nos volaron la cabeza; clara y obviamente la gente explotó en éxtasis al escuchar los tonos de Don’t You Worry Child, en un edit bastante emotivo, llevó a la mayoría de asistentes a las lágrimas, era sorprendente ver a la mayoría de un público llorar con los brazos al cielo coreando una canción, algo mágico en verdad.
Con la luna fija en la parte superior del escenario, el magnífico trabajo de visuales, el juego sencillo pero espectacular de luces, dieron una atmósfera a la cual sin dudas podemos llamar épica.
Después de una hora y cuarenta y cinco de revivir tanto, lo inevitable tenía que suceder, el final. Tras desaparecer y regresar para una última canción, la gente terminó de vaciarse enérgicamente para cantar Save The World. Dejando a la mayoría con un sabor agridulce, pues si bien el concierto fue bueno, coincidimos que para la talla de artistas, nos quedaron a deber unos 40 minutos más.
Swedish House Mafia es y será sin duda un referente en la música electrónica, ya sea que los ames o los odies, la marca, la huella que han dejado no sólo en la cultura, en la industria, en otros artistas, esa que ha dejado en ti, nunca se borrará.