Reseña por Alejandro Hernández
Aunque este año los festivales en Guadalajara tuvieron un auge peculiar con la aparición de “Anagrama Festival”, “Cosquín Rock”, “Roxy Fest” o incluso la confirmación de los esfuerzos del gobierno de la ciudad para traer “Lollapalooza” a la perla tapatía. La realidad es que el festival que ha abierto camino para que esto sea posible ha sido el Festival Coordenada, el cual celebró su cuarta edición el pasado fin de semana.
Los seguidores del festival sabíamos que tendrían que sorprendernos si pretendían mantenerse vigentes y superiores frente a su competencia y para sorpresa de todos, superaría las altas expectativas que teníamos en ellos.
Por primera vez se extendía a dos días y con un cartel que anunciaba que los dos días serían de fiesta pura, vimos desfilar bandas consolidadas y talento emergente de todas partes del mundo: Argentina, Chile, España, Francia, Inglaterra, México, Puerto Rico, USA y Venezuela se unirían para hacernos vibrar en un fin de semana único y lleno de emociones, en el que pudimos ver grandes promesas de la música como Pumarosa, Reyno o Glass Animals, cantar clásicos a todo pulmón con Los Auténticos Decadentes, Caligaris y Molotov, agitar la melena con The Cribs, Agora y Garbage o incluso hacer tus mejores pasos de cumbia al ritmo de Amandititita. Además de ser una jornada llena de momentos memorables, como cuando prácticamente todo el festival se reunió para ver a Jarabe de Palo en donde Pau Donés nos transmitió al público sus ganas disfrutar cada instante, las lágrimas de algunas chicas con las bellas canciones de Band Of Horses, el perfecto español de Paul Banks de Interpol, Thomas Mars De Phoenix nadando entre el público o Hayley Williams haciéndonos sentir adolescentes de nuevo con las canciones que inundaban nuestros iPods hace 10 años. En pocas palabras un festival diverso para una ciudad diversa, en el que podemos reunirnos como hermanos, sin importar nada más que pasarla bien y disfrutar de buena música.
No hay más que halagos para el festival que aunque afrontaron dificultades durante la jornada, el staff siempre tuvo una sonrisa y una actitud inmejorable para solucionar los problemas presentados. Hay que agregar muchos puntos a favor, como el uso del sistema cashless, horarios que te permiten ver más bandas que muchos festivales, casa comedy para los que buscan una experiencia distinta y el aprovechar al máximo el terreno, haciendo uno de los festivales más bonitos (o el más bonito) visualmente en el país. Por último otro gran aplauso al público que se comportó a la altura del evento, respetando las instalaciones, no contaminando de manera innecesaria y sin los típicos empujones que llegan a afectar el estado de salud de más de uno.
En conclusión, un festival inteligente pensado para todos, ya sea que vengas dispuesto a correr de un escenario a otro para ver la mayor cantidad de bandas posibles o a relajarte y disfrutar de un día de música sin presiones, “El Coordenada” siempre te abrazará con cariño. Después de todo esto podemos decir que en Guadalajara no necesitamos un “Lollapalooza”, necesitamos creer en nuestros festivales y hacerlos parte de nuestra familia.
Agradecimientos especiales a OCESA y Vivir Increíble Plus.