No hace falta ser un gamer para identificar ciertas melodías que entraron en nuestra cultura popular a modo de midi pero que incluso han dado lugar a remezclas de música electrónica. Las bandas sonoras de ciertos videojuegos se nos han metido tan dentro que incluso las hemos tarareado mentalmente durante varios días, y en algunas noches de insomnio. He aquí algunas de las más conocidas:
Puzzle Bobble. La máquina recreativa de Neo-Geo tenía prácticamente una sola melodía, que para darle más emoción a la partida, se aceleraba o ralentizaba, y en ocasiones metía reberveraciones, para aumentar nuestra concentración. Pero terminaba la partida y la música nos acompañaba de camino a casa.
Tetris. El juego puzzle con estética rusa alternaba tres temas que eran adaptaciones electrónicas de música clásica. Acompañaba, cuando resolvías un paquete de niveles, con una danza por parte de sus dos únicos personajes. Este juego hizo que muchos adolescentes escuchasen por primera vez música clásica.
Super Mario. La melodía de el videojuego estrella de Nintendo es una de las grandes inmortales de la cultura geek. Utilizada como politono por muchos, se ha reactivado con la nueva edición del juego Super Mario Run, aunque curiosamente esta app nos permite escoger como banda sonora la música que tengamos en la biblioteca de nuestro smartphone.
Book of Ra. Aparte de su pulida estética egipcia, esta máquina virtual aportó una banda sonora que nos trasladaba al antiguo Egipto y que se adentra en nuestra mente para quedarse. Con un efecto relajante, hace que no nos apetezca abandonar el juego. Puedes obtener toda la información sobre la tragamonedas Book of Ra en sitios especializados: hoy por hoy, sigue siendo uno de los juegos más demandados en su categoría.
Solitario. Para aquellos que se compraban su primer PC, el Solitario preinstalado de Windows era casi su primera toma de contacto con la tecnología. Si bien los que lo jugaban (y juegan) en horario de trabajo lo hacían en silencio, aquellos que pasaban horas en casa frente a la pantalla del ordenador reconocerán inmediatamente su melodía con las tres primeras notas.
Angry Birds. El primer título de la saga de Rovio nos conquistó con una melodía que no se parecía a ninguna otra. Con un ritmo muy dinámico, añadía tintes de humor extra al juego y también ha triunfado como tono de llamada para nuestros primeros smartphones. Cuando la película homónima fue estrenada, todos nos sabíamos su banda sonora y automáticamente se nos dibujaba una sonrisa en la cara.
Final Fantasy VIII. En una línea muy diferente, este videojuego de rol aportaba una música muy reposada que evocaba las melodías tradicionales japonesas. No deja de ser una saga de estética muy manga, a la que acompaña esta excelente banda sonora que invita a relajarse y que es meramente instrumental.
Sonic. Al igual que Super Mario, marcó una época, y su música, con un ritmo mucho más taquicárdico que la de los dos fontaneros, era el valor añadido para que muchos prefiriesen al erizo. Las distintas reediciones que Sega ha ido aportando en la era smartphone hacen que sus melodías sean hoy muy vigentes y estén entre las favoritas de los amantes de la música electrónica gamer.
En función del tipo de juego que hayamos escogido a lo largo de nuestra vida, está claro que tendremos melodías inolvidables metidas en la cabeza. Lo que sí es cierto es que en el momento presente, para los grandes videojuegos se selecciona a músicos famosos y los temas no son, casi nunca, compuestos expresamente para el juego en el que aparecerán, pero hay excepciones en las que, como si de un largometraje cinematográfico se tratase, todo encaja, y entonces, estos temas convierten al videojuego en sí en algo único y fácilmente identificable a través de las primeras notas de una canción.